
Bajo cero
Antes.
A veces, solo a veces, me reía de tu música. Eso que escuchas parecen cánticos de catequesis para niños. Me duermo. Parece que estemos en misa. Venga, va. Quítalo. Y tú, durante unos instantes, apartabas la vista de la carretera y clavabas los ojos en mí mientras fingías sentirte ofendido. Y luego, risas. Nunca te dije que, en realidad, me gustaban esas canciones.

Todo es culpa de Michael Bublé
Puede que me esté ablandando. Que no es que haya sido yo una tipa dura nunca; me refiero a «más si cabe». Tal vez sea culpa de la saturación emocional por tantas luces de colores, de la voz de Michael Bublé cantando Have Yourself a Merry Little Christmas, o puede que sea debido al terrible error de empezar a ver This Is Us en la peor época del año.

Las estrellas y el chocolate caliente
No hace el mejor día para salir a la calle en Valencia, la verdad. He perdido la cuenta de las horas que lleva lloviendo, ya es prácticamente de noche y se podría decir que no tengo ningún plan en especial. Se me ha roto el paraguas, he perdido el bonometro, he tenido que comprarme una camiseta de manga larga y acabo de pedir un chocolate caliente.

Te quiero, tía
No sé cómo empezar a decirte que te quiero. Que cuando te veo hecha un asco y con esas pintas de recién levantada, no me das pena, me das rabia, porque conozco tu potencial y ese no sé qué que te hace tan especial, y que tú a veces no ves. Pero no pasa nada, También me gustas cuando le declaras la guerra a sentirte bien por obligación.

Ruinas
Las fincas que están construyendo delante de mi casa, hace tres meses y doce días, iban por la segunda o tercera planta. Cada día, desde entonces, me asomo al balcón y las veo avanzar. Observo las grúas amarillas, el polvo en suspensión, la ilusión de quien, dentro de varios meses, vivirá en ellas. Desde hace tres meses y doce días, todos los días hago dos cosas.

Marrón clarito casi rosa
Nunca me ha gustado el color marrón. Mi pelo marrón me parecía soso. Mis ojos marrones, normales. La ropa marrón me recordaba al único uniforme de colegio que he llevado en mi vida. Y no me gustaba. Marrón caca. Marrón barro, con lo poco que me ha gustado siempre, desde niña, pisar en blando e ir dejando huellas.

Pizza para principiantes
Siempre que se acerca Nochevieja, me da por hacer esto: el típico post de «qué ha pasado en los últimos doce meses y qué deseo que pase en los doce siguientes». Es ya una tradición, algo sin lo que siento que no puedo recibir en condiciones el año que llega. Además, 2018 no ha sido un año sin más. Han pasado muchas cosas y muy variadas. De diferentes ámbitos y condiciones.

Astronauta
Nunca me ha gustado la idea de viajar al espacio. Todo lo que sea no pisar suelo firme me produce terror. Vuelo por necesidad: para mí, viajar lo es. Pero, salvo eso, prefiero la calidez de mi barrio, los abrazos de mi gato y la comida de verdad, que la de los astronautas... no sé yo si contará como tal. Soy de planeta Tierra, llamando siempre a casa, tocando arena, pisando asfalto.

Amasijo de huesos
Creo que se puede saber mucho de una persona solo entrando en su cuenta de Pinterest. Tal como lo digo. Tan fácil como eso. En un simple vistazo puedes enterarte de todo lo que pasa por su cabeza, qué le gusta ver y con qué sueña cada día antes de ir a trabajar (entre otras muchas cosas). Seguramente pensaréis que exagero.